martes, 14 de mayo de 2013

Qué pinto (o escribo) en Gencomics

¿Y bien, qué has escrito en Gencomics este tiempo entonces?

Bueno, he tenido épocas con más tiempo (ahora mismo no es una de ellas), pero sí que he hecho alguna cosilla y, por si llegáis aquí y os interesan algunos de esos artículos comiqueros, os digo cuáles han sido varios de ellos

- He estado comentado las series Arrow y The Walking Dead semana a semana a ritmo español.

- Comenté mes a mes Los Vengadores vs. La Patrulla-X junto con algunos de mis compañeros.

- Escribí artículos como Cinco cómics en los que apareció Margaret Thatcher, La edición de Panini de Marvel Now: Paja, precios y números, Grant Morrison 53 años, 35 escribiendo, Seis razones para leer… Invencible...

- O reseñas como Marvel Now: Indestructible Hulk, Wonder Woman 3: Del infierno al cielo, All Star Superman: La historia definitiva del primer superhéroe, Batman: Scottish Connection – Olvidada y olvidable, El Héroe 1 y 2: Alimento para la imaginación, El Daredevil de Waid 2: Una delicia para los sentidos, Imposibles X-Force 4: Magia y consecuencias, Kick-Ass 2: Por un puñado de dólares, Wonder Woman 1 y 2: El proyectil mitológico, El Hombre de Acero de John Byrne: Revisando a Superman, Superior: Menos Millar es mejor Millar, El Daredevil de Waid: Rescatando a Matt Murdock, Imposibles X-Force 3: Revitalizando los 90...


He escrito más cosas, pero con estos ejemplos yo creo que cubro perfectamente qué he estado haciendo fuera de este blog que, lo reconozco, me encanta que aún visite alguien, porque algunos de los textos que hay aquí, los hice con mucho cariño y esfuerzo.

Nada más, amigos, seguid leyendo tebeos (por cierto, os recomiendo el Thor de Jason Aaron, mucho).

jueves, 1 de noviembre de 2012

Ahora, para leer mis cositas sobre cómics, pasaros por Gencomics, un blog donde estamos intentando hacer un esfuerzo por tener información y reseñas a ritmo español, sin spoilers y con mucho amor por el medio. A ver qué os parece:


jueves, 19 de mayo de 2011

Hawkeye & Mockingbird: Ghosts, de Jim McCann

Probablemente no se pueda llegar a disfrutar por completo... no, corrijo. No se puede disfrutar por completo este tomo si uno no tiene un cierto bagaje sobre el universo Marvel y la historia de los personajes protagonistas, Hawkeye (Ojo de Halcón) y Mockingbird (Pájaro Burlón). Sin embargo, al final, McCann escribe un cómic de superhéroes de esos que no son especialmente "súper", de misterios, espías, terrorismo y venganzas, que bien vale una lectura para cualquiera que sea aficionado al universo Marvel, y más si encuentra que estos personajes le resulta atractivos.

En este tomo, nos encontramos con aventuras de acción, personajes bien caracterizados, buenos diálogos, alguna sorpresa, un vistazo a la raíz, origen y pasado de los personajes (yo diría que especialmente en el caso de la protagonista femenina, Barbara Morse) pero, sobre todo, la sensación de que estamos leyendo una serie entretenida, que se lee muy bien, que es interesante, atractiva y bien hecha. Ojala pudieran decir eso muchas colecciones de teórica primera línea.

Al dibujo del tomo está el español David López que, en mi opinión, debería ser uno de los dibujantes estrella de alguna de las dos grandes compañías. Precioso trazo, buena narración y composición, espectacular... personalmente no me atrevería a ponerle ningún pero a su dibujo y, es más, creo que debería servir de ejemplo: ésta es la clase de dibujo con la que uno disfruta leyendo cómics de superhéroes, ésta es la clase de dibujo que se tendría que imponer en las colecciones. Ni dibujantes reminiscentes de lo peor de los 90, ni dibujantes que van con la foto todo el día en mano y no saben dibujar otra cosa que maniquís, ni dibujantes mediocres que no saben ni por dónde les da el aire, ni dibujantes interesantes pero totalmente fuera de contexto... esto es lo que debe hacer un dibujante de esta clase de cómics. Por ponerle un pero, que en el fondo nadie es perfecto, no siempre anda muy fino con los fondos, así que muchas veces pasa. Y digo esto después de haberme puesto a pensar de verdad, porque no es algo que moleste en ningún momento o resulte insultante.

En definitiva, yo personalmente os recomiendo este tomo. Primero a los fans de los personajes conocedores de sus pasados y después casi a cualquiera cómo se hace un buen cómic de este tipo sin demasiadas pretensiones pero con todo el buen hacer del mundo.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Spider-Man: Big Time, de Dan Slott

Creo que Dan Slott es, actualmente, la mejor elección de lejos para escribir The Amazing Spider-Man, él es EL AUTOR. Él entiende de qué se supone que tiene que ir la serie, cuál debe ser su tono y, encima, se las arregla para encajar al personaje en su continuidad, por muy difícil que se lo pongan los demás guionistas y editores, al mismo tiempo que se inventa eventos de lo más originales y divertidos, tramas interesantes, personajes secundarios geniales (y, sobre todo, muy bien caracterizados), mantiene perfectamente claro qué es lo que quiere hacer con el personaje a largo plazo, maneja los elementos del pasado del personaje y mira hacia delante sin miedo. ¿Puedo decir algo más del autor y de la colección para que os la compréis? Lo dudo. Sé que hay mucha gente que abandonó al bueno de Spidey porque las historias que se hacían con él no eran demasiado interesantes, apestaban o realmente no tenían nada que ver con el personaje. Muchos de ellos se pasaron a Ultimate Spider-Man, la única colección que sabe escribir Bendis, buscando aventuras con el tono y diversión que caracterizan al personaje y allí se quedaron. Otros intentaron cogerle el truco a la etapa que empezó tras el "mefistazo" y no terminaron de engancharse por la gran cantidad de guionistas y dibujantes implicados (no había nada mal esfuerzo e historias, si nos ponemos a mirarlo con justicia, pero creo que un personaje insignia como éste necesita una colección y un autor, no tanta tontería). Ahora, después de la nueva re-estructuración, Spidey se ha quedado con una única colección y un único guionista, el mejor posible, un guionista que conoce a los personajes del universo en que trabaja y se atreve a hacer cosas con ellas respetando su escencia.

En este tomo, tenemos el retorno de un villano clásico en una versión completamente enloquecida que, la verdad, tiene un par de momentos absolutamente brutales y que demuestran otra de las cosas que aprecio en Slott: si hay que ir al grano porque el personaje lo requiere, se va, porque no todos los personajes y situaciones admiten darle vueltas a las cosas eternamente. A parte, la vida sin máscara de Peter tiene varios cambios interesantes, situaciones de ésas clásicas que tanto hemos llegado a preciar (y en algunos casos resueltas con mucho humor) y la sensación de que hay una historia detrás por la que seguir preocupándose. Varias de hecho.


Al dibujo está Humberto Ramos. No soy un gran fan de su trabajo, pero la verdad es que su estilo no termina de quedar mal con el personaje e, incluso, tiene buenos momentos, pero en general su estilo deforme, caricaturesco y su narración no siempre perfecta, no me terminan de convencer. De todos modos, creo que al final hace un buen trabajo, mejor de lo que esperaba. Eso sí, me interesa muchísimo más el trabajo en la colección de próximos autores, como Stefano Caselli o Reilly Brown, pero sobre todo el de los españoles y grandes profesionales, Marcos Martin y Javier Pulido (luego viene también un tal Giuseppe Cammunocli, de la invasión italiana ésta que está teniendo lugar, pero que no conozco). De todos modos, el dibujo, te puede gustar más o menos, pero raramente es un impedimento para disfrutar de la historia, algo que sería más grave.

En definitiva, yo creo que la colección está en el buen camino con el autor adecuado. Agradecería profundamente que no hubiera un baile muy exagerado de dibujantes, pero desde luego, no se puede pedir todo. En el tomo que nos ocupa, no hay problemas de ese tipo aunque, por otro lado me alegro de que Ramos no sea el que se quede por aquí. Volved a la amenaza arácnida, porque a partir del número 648, ha empezado una nueva etapa, y una que pinta muy bien.

miércoles, 27 de abril de 2011

Fantastic Four 570-578, de Jonathan Hickman

Jonathan Hickman es un tipo al que no le puedes dar un año para contar algo. Me le imagino firmando su participación en varias series diciendo, "oigan, yo tengo un plan, una historia que quiero contar, así que yo me hago cargo, pero tienen que tener paciencia". Es como un entrenador de fútbol en el UK, que necesita tiempo para construir un proyecto y al que hay que dejarle aunque los resultados no siempre sean los esperados.

Eso sí, en mi opinión, se ha hablado mucho del ritmo lento y de las historias de presentación e introducción de conceptos (en los números que nos ocupan, que se recogieron en dos tomos, es donde más se comentó, quizá), pero poco más, cuando la verdad es que admiro el trabajo del autor con la primera familia. Primero porque trabaja al grupo como familia. Segundo porque lo trabaja como arqueólogos de lo desconocido. Tercero porque introduce vueltas de tuerca muy interesantes a elementos básicos y clásicos de la historia de la colección. Y, cuatro (cómo no), porque realmente cuando lees las historias que te cuenta, sabes que están yendo a algún sitio, te lo transmiten de verdad, no sólo es una esperanza, sino que sientes que se están poniendo las bases para conflictos posteriores.

La historia está llena de detalles que serán más importantes según avance la serie, de una buena caracterización y uso de los personajes... y de conceptos geniales muy bien usados. Algunos, quizá, al principio piensen que se desaprovechan, pero la verdad es que no lo veo así, veo que los que aún no se desarrollan, lo harán. Acción sigue habiendo, menos que exposición sí, pero personalmente no me he aburrido nada con los cómics. La pega que tienen es que leerlos grapa a grapa es doloroso y es mucho mejor leerlos tomo a tomo, porque así es como tienes la sensación, por arcos e historias, de que hay algo cociéndose. Mes a mes, hay cosas que se pueden pasar o sensaciones que se enfrían. Así pues, os aconsejo el consumo de esta serie encarecidamente, pero mejor en tomos.


El dibujo es, en casi todos los números, de Dale Eaglesham, un autor que personalmente me gusta (y ya sabéis que, a parte, la coherencia gráfica me pone :P), pero que en muchas ocasiones no parece el perfecto para la serie. Neil Edwards es el dibujante de reserva, que hace en estos tomos 2 números y es peor dibujante, menos sólido en general, menos atractivo (sin duda, en comparación Eaglesham me parece mucho más bonito), pero al final es un dibujante capaz que no estorba nunca. No puedo sino soñar cómo hubiera sido esta etapa dibujada por el maestro Alan Davis, que se encarga de las portadas, por cierto. Aún así, es un dibujo sólido y que hace buenos trabajos en el diseño pero que, sobre todo, nunca es un problema para disfrutar de la serie. Más adelante entró Steve Epting, a quien tampoco veía en la serie, pero que también hizo un buen trabajo. Solidez y constancia gráfica sobre todo, con buenos narradores y planificadores de la viñeta, quizá en favor de la brillantez y la maravilla, pero nada de lo que quejarse en serio.

Quizá algunos no estén disfrutando de la etapa. No sé si esos son muy fans del grupo o muy poco, pero personalmente me parece una etapa muy interesante y que, con el tiempo, se va a ver con algo más de perspectiva y, probablemente, a apreciar como se merece por el trabajo y buen hacer que contiene.

martes, 26 de abril de 2011

New X-Men 114-154, de Grant Morrison

Morrison decía que escribe para adolescentes inteligentes, porque así se siente, y que muchos guionistas se han olvidado de que los lectores son inteligentes. Yo esa actitud es algo que siempre aplaudiré, aunque lo que se oye y lee después de su etapas, no siempre demuestra que los que leen cómics, o por lo menos los que dejamos nuestra opinión patente, sean inteligentes. Mucha gente quedó bastante confundida después de la etapa que Morrison trabajó en la franquicia mutante (40 números y un especial) cuando sinceramente, no hay mucho que no quede perfectamente explicado, sino a lo largo de la etapa, por lo menos en la saga final (Here Comes Tomorrow). Pero hasta en los correos americanos publicados en el último número de la etapa se tuvieron que explicar cosas... muy explícitamente, lo cual es triste. Pero, siempre he pensado en darle una excusa a la gente que leyó New X-Men y no entendió prácticamente nada: en parte era lectores que eran "casual", puede que incluso no leyeran todos los números, algo que es bastante recomendable, y en parte porque la gente estaba acostumbrada a no leer mucho más allá en los cómics de mutantes, a no llevarse ideas entre sagas y menos mantener conceptos a lo largo de 40 números. Ni en la etapa de Claremont (más larga que un día sin pan y, para muchos, quizá el paradigma, el modelo de lo que tenían que ser los mutantes), donde si reintroducían conceptos o se arrastraban cosas, todo quedaba muy bien explicado y expuesto: en la etapa de Morrison se opta en muchos casos por lo implícito en vez de por lo explícito. Pero vamos, que al final todo queda muy claro, y por eso muchas de las críticas que se hacen a la etapa, son porque no se ha entendido o no se han fijado en algún detalle (si queréis una buena explicación sobre todo lo que pasa, no muy larga, bien clara y argumentada, os recomiendo este artículo tan interesante).


Ahora, dicho eso, hay una cosa más que dicen de Morrison que me encanta. Dicen que es pretencioso. Bien, eso quiere decir que pretende ser más de lo que es, que pretende pasar por muy elegante o lujoso... Lo que yo creo que es que la gente confunde las cosas. Entiendo porqué lo dicen, pero están equivocados: Morrison lo que pretende es hacer algo nuevo con los elementos clásicos, decir algo sobre él mismo, hablar sobre alguna cosa que le interese y contar una historia que se pueda leer de principio a fin y tenga sentido y coherencia. Ahora, eso es pretender algo, lo que pasa es que la mayoría de autores muchas veces no pretenden nada, casi ni contar una historia, y personalmente si me gusta el trabajo de Grant es porque habitualmente consigue contar algo y en sus largas etapas trabajar con todo lo que hace una franquicia interesante y darle algunas vueltas de tuerca. Además, es posible que lo digan por algunos de sus diálogos pero, en serio, en el caso que nos ocupa está muy bien ejemplificado, escribe a los personajes muy bien. Ahora, ¿escribe a personas reales? Si hacéis esa pregunta, igual os estáis equivocando de medio, de género y, definitivamente, de autor, porque no se trata de eso, por lo menos cuando escribe superhéroes y cosas de ciencia ficción.

Ahora, después de semejante introducción o, bueno, alegato (los que me conocen ya saben que me gusta mucho Morrison y cada vez, cuanto más le conozco, más), paso a comentaros brevemente, la etapa, sin spoilers, sin recapitulación... sólo algo general [si no habéis leído la etapa, y aunque diría que ahora mismo los mutantes están bastante mejor de lo que esperaba en general, os recomiendo que la leáis, porque es bastante atemporal... y si no queréis comprarla, aquí la tenéis completa en un archivo de descarga].


Todo empieza con "E is for Extinction" (114-116) y eso es empezar fuerte, amigos, con un arco de tres números estupendo y genialmente dibujado por Frank Quitely que, si hubiera sido el dibujante de los 40 números, habría dejado una serie imposible de olvidar y obligada (pero todos sabemos que es un tipo lento dibujando, por desgracia) para todos... Y es que el dibujo es una de las pegas más grandes de la etapa. Eso sí, con matices. Frank Quitely, Leinil Francis Yu, Ethan Van Sciver, John Paul Leon, Phil Jimenez y Keron Grant hacen un buen trabajo (el último sólo dibuja un número y, no será nada especial, pero hubiera quedado muy bien de dibujante suplente) o un trabajo genial incluso, cada uno en su estilo, y normalmente en historias que les pegan relativamente bien. El problema es que, aunque sean 40 números, son demasiados autores para mi gusto pero, sobre todo, distribuidos demasiado aleatoriamente, cuando hubiera estado muy bien que con 2 dibujantes buenos y uno genial, todo se hubiera resuelto. Y no he nombrado a todos los dibujantes... Me faltan 3 aún: Chris Bachalo y Marc Silvestri hacen lo suyo, es decir, un dibujo que o te gusta o no. Personalmente no soy fan. El primero es un dibujante con tendencia a las deformidades pero, sobre todo, con un problema de narrativa confusa que, en muchos casos, da problemas para seguir la acción. Dicho esto, tiene cosas buenas y fans que lo defienden a capa y espada por alguna razón. El segundo es un dibujante de la era Image, un dinosaurio de la escuela de Jim Lee, con tendencia a las posturas, las rayitas infinitas e innecesarias, una narración no muy inspirada aunque suficientemente clara en general... pero también con sus puntos fuertes. Y, dicho esto, que no soy fan de ninguno de los dos en especial, si hay un protagonista involuntario en esta etapa de Morrison, es Igor Kordey, que por desgracia nos regaló en esta época con algunas de las peores páginas de la historia mutante... y lo peor es que de su carrera. Puede que estuviera ocupado con su hija recién nacida, puede que le mandaran dibujar de un día para otro... no me importa un pimiento: un trabajo tan lamentable no puede consentirse en una editorial seria, por lo que lo que tendrían que haber hecho en Marvel es coger a otro dibujante y ya. No me digan que no había más dibujantes en ese momento disponibles... Y es que, cualquier dibujante hubiera hecho un trabajo mejor (hasta los dos anteriores citados, pero creo que se tomó la decisión adecuada de confinarlos a una saga concreta a cada uno que les pegaba más o menos bien). Lo peor, bueno, todo es relativo, es que el Kordey no es tan mal dibujante, como demostró después en X-Treme X-Men, donde exhibió un trabajo de los números 25 al 46 que recuerdo a años luz de lo que había visto en New X-Men, no siempre precioso, pero mucho mejor acabado, bien narrado (aunque éste casi nunca fue el problema en la etapa de Morrison) y más que correcto. Sus números en la etapa (119–120, 124–125 y 128–130... ¡Sólo 7 números de 40! ¡Imaginad lo malos que son para que le dé tanta cuerda!), deberían ser redibujados por otro autor para una edición definitiva... o por él mismo, como castigo por joder números que tenían que ser la pera limonera, especialmente los de "Imperial" (118-126).

Puede parecer poco importante hablar tanto del dibujo, ya que el guión es tan bueno en mi opinión, pero esto es cómic, es tanto de historia como de las imágenes que se usan para ilustrarla, y es una pena que haya momentos en que lo ilustrado estén tan mal ilustrado. Es algo puntual, la verdad, pero es muy llamativo. De todos modos, y eso es algo que siempre comento, lo que más valoro gráficamente en un cómic es la cohesión y la coherencia estilísticas, por lo que, aunque Kordey hubiera estado inspirado, aún me hubiera quejado del baile de dibujantes... aunque menos amargado.


Al final, Morrison cuenta una historia en la que repasa grandes elementos de la serie (triángulos amorosos, el proyecto Arma X, Magneto, Genhosa, el rechazo a los mutantes, los centinelas, la escuela de jóvenes prodigios, los Shi'ar, fénix...) e introduce un montón de conceptos y personajes nuevos (U-Men, Sublime, Xorn, Fantomex, Cassandra Nova, Quentin Quire...) que le dan una vuelta de tuerca a la franquicia de un modo que hace avanzar todo al final, algo contra lo que los editores muchas veces ha luchado. Y, por supuesto, fueron estos editores los que jodieron completamente algunas de las ideas chulas de Morrison y, de hecho, demostraron que no habían entendido nada o pasan de todo (un poco de ambas, probablemente), cuando pidieron a Austen (ese bendito botarate) que recuperar a Xorn porque les gustaba... lamentable. Personalmente, reconozco que cuando leí la etapa, entre 2002 y 2005, aproximadamente, con algunos años menos y leyendo mes a mes, me faltó la lectura que he hecho este fin de semana, una lectura de principio a fin del tirón, lectura con la cual, no sólo gana la obra, sino que se ven muchos más detalles y cosas que se nos podían haber escapado. Lo que es seguro, creedme, no soy más listo que nadie, pero tampoco un idiota, es que al final todo se entiende y está bastante claro. Por favor, echadle un ojo a esta etapa, pasad por encima los defectos gráficos puntuales o incluso de concepto, y disfrutad de esta etapa que de verdad optó por echar un par de huevos y cambiar y agitar un poco las cosas.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Atomic Robo and the Fightin' Scientists of Tesladyne y Atomic Robo and the Dogs of War, de Brian Clevinger

Muchas veces, las obras independientes fuera de las grandes (y con eso me referiré a Marvel y DC) nos dan las mayores alegrías dentro del mundo del cómic. De hecho, en un alto porcentaje, son las que más alegrías nos dan, algo sorprendente en cuando a la proporción de obras que uno termina leyendo de esas grandes. Éste es uno de los casos, un cómic surgido de la mente de un guionista que se dedicaba a los cómics online (dentro de esta web), Brian Clevinger y que termina apareciendo como serie limitada dentro de la editorial Red 5 Comics, donde el dibujo corre a cargo de Scott Wegener. Y estos dos tomos que he leído incluyen material de la colección más el número especial del Free Comic Book Day '08.

¿De qué va la serie? Bueno, el protagonista es Atomic Robo (sorpresa), un robot construido por Nikola Tesla en 1923 y que tiene inteligencia propia (lo llaman "automatic intelligence" y suena muy bien el intento de envejecer a la clásica "inteligencia artificial"). Él es la cabeza visible de Tesladyne Industries, una empresa llena de científicos de acción que responden a emergencias sobrenaturales. Los paralelismos con Hellboy son claros (y no sólo, obviamente en cuanto a la estructura de la premisa o la cantidad de nazis que aparecen), pero el acercamiento del guión a todos estos temas es mucho más humorístico y enfocado al puro entretenimiento, sin olvidar la inteligencia y el buen desarrollo de personajes. Ah, y el uso de Nikola Tesla como el padre de la criatura, es genial, y algo que cualquiera que sepa lo genial que era ese hombre, casi puede creer que estuviera a punto de conseguir.


Creo que se puede pedir poco a esta serie que no tenga. Partamos de la base de que la pretensión del cómic es mantenerte completamente entretenido durante su lectura y continuar con ganas de más al terminar, y eso lo consigue con creces. Pero, a diferencia de otros productos con el mismo objetivo, aquí se consigue mediante el humor, grandes diálogos, momentos llenos de inventiva, gran trabajo con los personajes, variedad (el poder usar a Robo a lo largo de la historia y meterle en fregados tan diferentes, es una ventaja que se aprovecha) y toda clase de momentos que demuestran la inteligencia del guión sin hacerte sentir idiota. Para mí es uno de los mejores cómics que se puede leer hoy en día, partiendo de la base de que lo que quiere es mostrarnos aventuras científicas llenas de pseudociencia exagerada, enemigos excesivos, amenazas imposibles y mucho humor. Entrar en su juego, es perderse.

El dibujo de Wegener es completamente adecuado al tono, limpio, claro y, sinceramente, todo lo que se podría pedir. Al final de cada tomo vienen algunas aventuras cortas dibujadas por otros artistas y, la verdad, a nivel de guión siguen siendo geniales, pero sin duda demuestran que Wegener es el autor adecuado para ilustrar las aventuras de este adorable robot. Así que, nada que objetar, al contrario, el dibujo es el compañero perfecto para la historia.

En España ya se han publicado los 3 primeros tomos (en USA van por el 4º tomo y el volumen 5º de la colección), así que no tendréis muchos problemas para leerla en castellano si queréis, pero yo ya me he acostumbrado a leer los cómics americanos en su lengua original y, la verdad, en cómics como éste no hay el más mínimo problema de seguimiento. Así pues, muy recomendado.