El pasado fin de semana me pasé por el Expocomic en Madrid. Como era de esperar, me compré varias cosas pero, ya que huí a tiempo, no me gasté todos mis ahorros ni hipotequé una casa que no poseo. Entre lo que compré, estuvieron dos paquetes de material original con dos miniseries. La primera fue este 1985 ó Marvel 1985, de 2008, que siempre me había resultado curioso pero que nunca terminé por comprar (Panini la publicó el año pasado en 3 números a 3,50€ cada uno) o leer y el tipo que me la vendió lo hizo con 7 cómics dentro en vez de 6, ya que el pack incluía los dos números 1 con diferentes portadas (un detalle). Os voy a contar qué me ha parecido.
1985 transcurre en, podríamos decir, una tierra que, en un principio, se podría decir que es la nuestra (después se verá que no exactamente, no), un mundo en el que no existen los superhéroes ni los villanos y un mundo en el que los cómics de Marvel se publican como en el nuestro. El protagonista de la historia es Toby Goodman, un jovenzuelo de 1985 cuyos padres están divorciados (su padre, por cierto es un músico sin mucha pasta que sabe de cómics, un perdedor que mola, una estampa que hemos visto mil veces, pero que queda bastante bien retratada). Y, claro, es un auténtico friki de los cómics de Marvel, un "Marvel Zombie" (en 1985 aún tenía sentido el término, hoy... menos). En un paseo con su padre, pasan por la casa de un viejo amigo de éste que están vaciando y Toby cree ver a Cráneo Rojo en una ventana. ¿Estará volviéndose loco el chico? Bueno, no contaré más del argumento, que sino no tiene sentido leer la miniserie.
Desde mi punto de vista, nos encontramos ante una historia que se lee con gusto y que nos deja cosas del otro Mark Millar que aflora de vez en cuando. Sin duda, toda la colección es un canto, una carta de amor a la etapa clásica de los 80 de la editorial y a los lectores de la época, a la ilusión que podía despertar en un niño, así como un comentario, en ciertos detalles, a las diferentes actitudes hacia los cómics por parte de los aficionados de diferentes edades (eso sí, pese a varias referencias, pierde la oportunidad de hacer crítica sobre algunas cosas, quizá conscientemente, quizá por sugerencias de la editorial... o quizá sólo la pierde porque no le interesaba hacerlo). Después, dejando todo eso de lado, tenemos la historia, una historia que, en mi opinión, se desarrolla de forma interesante y contenida, hasta que tiene que explicarse y justificarse. En mi opinión, teniendo las herramientas que proporciona el universo Marvel, la historia falla a la hora de la conclusión y de darle una verdadera justificación y fuerza a las razones que motivan lo que ocurre. Entiendo que la intención es darle a la historia una perspectiva más personal y, es cierto, tiene un elemento interesante, un buen y desolador giro, pero que falla al final, en el clímax. En cuanto al "epílogo", sé que hay gente que lo ve un error, pero personalmente creo que la historia está perfectamente acorde con lo que necesitaba el argumento y no me parece mal: los cómics suponen un medio, como gran parte de la ficción, en el que la inmortalidad es posible.
En cualquier caso, hay otra cosa que no termino de ver y es que Galactus no es un villano como tal. En los 80 supongo que hubo momentos en los que se pudo ver más así, pero en general, incluso desde su primera aparición, está claro que lo que es es una entidad que no actúa por maldad (o por joder, que me gusta decir) o incluso ni siquiera por beneficio propio, sino que es un elemento más del balance universal, del mismo modo que la Muerte tampoco es un villano.
El dibujo del ilustrador Tommy Lee Edwards, creo que encaja bien con la historia y a la hora de capturar las diferentes atmósferas necesarias, alterando algo el estilo y colorido cuando cambia de mundo, lo suficiente como para que nos sintamos trasladados a un universo distinto. En general, creo que hace un buen trabajo y su estilo realista y oscuro le va bien al tono de la historia casi siempre. Especialmente me gusta su trabajo detallista y retrato desolador de la realidad de una ciudad pequeña cualquiera.
En definitiva, quizá no sea la mejor obra de Millar pero es uno de sus trabajos más interesantes y curiosos, y mucho mejor que algunas de sus obras más recientes como lo que hemos visto de Superior por ahora, que personalmente no me termina de convencer aunque veo sus buenas intenciones, o algunos de sus arcos en su nueva etapa con los Vengadores del Universo Ultimate. Pero, especialmente en su inicio, la miniserie supone un homenaje, una mirada nostálgica a una época diferente (y en muchos aspectos retratada como desoladora) y a los cómics que se hacían entonces, a veces quizá siendo demasiado sentimental. Tiene sus defectos, como hemos señalado, pero creo que es una obra con suficiente interés como para que hubiera tenido más repercusión.
1985 transcurre en, podríamos decir, una tierra que, en un principio, se podría decir que es la nuestra (después se verá que no exactamente, no), un mundo en el que no existen los superhéroes ni los villanos y un mundo en el que los cómics de Marvel se publican como en el nuestro. El protagonista de la historia es Toby Goodman, un jovenzuelo de 1985 cuyos padres están divorciados (su padre, por cierto es un músico sin mucha pasta que sabe de cómics, un perdedor que mola, una estampa que hemos visto mil veces, pero que queda bastante bien retratada). Y, claro, es un auténtico friki de los cómics de Marvel, un "Marvel Zombie" (en 1985 aún tenía sentido el término, hoy... menos). En un paseo con su padre, pasan por la casa de un viejo amigo de éste que están vaciando y Toby cree ver a Cráneo Rojo en una ventana. ¿Estará volviéndose loco el chico? Bueno, no contaré más del argumento, que sino no tiene sentido leer la miniserie.
Desde mi punto de vista, nos encontramos ante una historia que se lee con gusto y que nos deja cosas del otro Mark Millar que aflora de vez en cuando. Sin duda, toda la colección es un canto, una carta de amor a la etapa clásica de los 80 de la editorial y a los lectores de la época, a la ilusión que podía despertar en un niño, así como un comentario, en ciertos detalles, a las diferentes actitudes hacia los cómics por parte de los aficionados de diferentes edades (eso sí, pese a varias referencias, pierde la oportunidad de hacer crítica sobre algunas cosas, quizá conscientemente, quizá por sugerencias de la editorial... o quizá sólo la pierde porque no le interesaba hacerlo). Después, dejando todo eso de lado, tenemos la historia, una historia que, en mi opinión, se desarrolla de forma interesante y contenida, hasta que tiene que explicarse y justificarse. En mi opinión, teniendo las herramientas que proporciona el universo Marvel, la historia falla a la hora de la conclusión y de darle una verdadera justificación y fuerza a las razones que motivan lo que ocurre. Entiendo que la intención es darle a la historia una perspectiva más personal y, es cierto, tiene un elemento interesante, un buen y desolador giro, pero que falla al final, en el clímax. En cuanto al "epílogo", sé que hay gente que lo ve un error, pero personalmente creo que la historia está perfectamente acorde con lo que necesitaba el argumento y no me parece mal: los cómics suponen un medio, como gran parte de la ficción, en el que la inmortalidad es posible.
En cualquier caso, hay otra cosa que no termino de ver y es que Galactus no es un villano como tal. En los 80 supongo que hubo momentos en los que se pudo ver más así, pero en general, incluso desde su primera aparición, está claro que lo que es es una entidad que no actúa por maldad (o por joder, que me gusta decir) o incluso ni siquiera por beneficio propio, sino que es un elemento más del balance universal, del mismo modo que la Muerte tampoco es un villano.
El dibujo del ilustrador Tommy Lee Edwards, creo que encaja bien con la historia y a la hora de capturar las diferentes atmósferas necesarias, alterando algo el estilo y colorido cuando cambia de mundo, lo suficiente como para que nos sintamos trasladados a un universo distinto. En general, creo que hace un buen trabajo y su estilo realista y oscuro le va bien al tono de la historia casi siempre. Especialmente me gusta su trabajo detallista y retrato desolador de la realidad de una ciudad pequeña cualquiera.
En definitiva, quizá no sea la mejor obra de Millar pero es uno de sus trabajos más interesantes y curiosos, y mucho mejor que algunas de sus obras más recientes como lo que hemos visto de Superior por ahora, que personalmente no me termina de convencer aunque veo sus buenas intenciones, o algunos de sus arcos en su nueva etapa con los Vengadores del Universo Ultimate. Pero, especialmente en su inicio, la miniserie supone un homenaje, una mirada nostálgica a una época diferente (y en muchos aspectos retratada como desoladora) y a los cómics que se hacían entonces, a veces quizá siendo demasiado sentimental. Tiene sus defectos, como hemos señalado, pero creo que es una obra con suficiente interés como para que hubiera tenido más repercusión.
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