[Corresponde al número 27 según la edición española de Word Comics, aunque supongo que cualquiera que lo haya leído sabrá de qué número hablo.]
Voy a hablar de este número en concreto y no de otro o del resto de números del arco, por varias razones pero la principal es que es el último para la colección de ese genio del dibujo que es Frank Quitely (tras dibujar del 13 al 16, el 19 y el 20) y nadie podría haberlo dibujado como él lo hizo, nadie (después fue sustituido por Arthur Adams, que no es que sea malo, pero no es lo mismo). Otra de ellas es que éste es el inicio de la saga más censurada por DC, pero muy muy censurada (debido especialmente a temas del 11-S), provocando que Millar no volviera a trabajar con la editorial. Y, por último, otra muy importante es porque me encanta lo bestia directo y pasado de rosca que es este número que nos presenta a Seth Cowie, un ser creado por las corporaciones y gobiernos más importantes que están hartos de que el grupo se meta "donde no les llaman", a quien mandan a matar a todo el equipo y... bueno, más o menos eso es lo que hace.
Una de las señas de identidad de la etapa de Millar en The Authority es que el grupo se vuelve más irreverente contra las autoridades, más revolucionario, por lo que es lógico el paso que Millar toma con la historia Brave New World en la que los países que forman el G7 crean a Seth, le mandan neutralizar al grupo y lo sustituye por uno que hace lo que a ellos les viene bien. Además, a nivel de estilos y temas, Millar sigue con la línea de Ellis en cuanto a violencia y grandes argumentos, pero da un paso más allá incluso en la primera y en cuanto a temas sexuales (el asunto de Apollo y Midnighter, que hasta se casan y adoptan... ¡escándalo!), siempre forzando hasta el máximo lo polémico... hasta que se dio con un muro y decidió marcharse. Los temas de censura y demás, hicieron que hubiera diferentes problemas y discontinuidades con las historias, con baile de dibujantes y guionistas. Sinceramente, es por ello que no me he comprado el tomo segundo de Norma: compara con el primero, que tiene a Ellis y Hitch en estado de gracia y que faltan a ninguno de sus arcos, el siguiente tomo es más incoherente.
Pero, como estoy comentando sólo este número, será por algo, así que hablemos de él más concretamente. Este número es una maravilla a nivel narrativo y muy simple y directo a nivel argumental. Primero vemos a un grupo caminando hacia el transporte, que está estrellado sobre un desierto y después retrocedemos una semana para ver qué pasó. Y lo que pasó es que Seth entró en el transporte dentro de una repartidora de pizzas, neutraliza a Apollo, Midnighter, el Doctor, Swift, The Engineer y, finalmente, Jack Hawksmoor, sólo para descubrir que Midnighter aún sigue vivo y corriendo con la reencarnación de Jenny en sus brazos. Realmente el diseño de Seth, el bastardo de los seis mil millones de dólares, es genial y la sensación de que es ridículamente poderoso e invencible, está muy conseguida. De hecho, es que lo es, y así se ve en el resto del arco, ya que sólo se le puede vencer desactivando sus poderes con una frase especial. A alguno puede no parecerle especial el trabajo de Quitely en este número pero os recomiendo encarecidamente que lo comparéis con el trabajo de Adams (números 27 y 28) y Gary Erskine (número 29), que si bien es competente y, incluso, con buenos momentos, no puede compararse al sentido de espectáculo y genialidad narrativa del escocés: si todo el arco hubiera estado dibujado por él, sería otra cosa. Un ejemplo ya lo tenemos en el arco que dibuja el escocés completo, Nativity (13-16) y que nos presenta a una suerte de Vengadores algo degenerados.
En definitiva, simplemente es un número genial a pesar de que se hace extremadamente corto pero, personalmente, Seth es tan exagerado, que me encanta y el dibujo de Quitely es estupendo. Reivindico desde aquí la etapa de Millar, entretenimiento puro y desatado, lleno de brutalidad entretenida (Nativity, Earth Inferno y Brave New World), pero es una etapa que carece de coherencia gráfica y está llena de parches e interludios. Una pena.
Voy a hablar de este número en concreto y no de otro o del resto de números del arco, por varias razones pero la principal es que es el último para la colección de ese genio del dibujo que es Frank Quitely (tras dibujar del 13 al 16, el 19 y el 20) y nadie podría haberlo dibujado como él lo hizo, nadie (después fue sustituido por Arthur Adams, que no es que sea malo, pero no es lo mismo). Otra de ellas es que éste es el inicio de la saga más censurada por DC, pero muy muy censurada (debido especialmente a temas del 11-S), provocando que Millar no volviera a trabajar con la editorial. Y, por último, otra muy importante es porque me encanta lo bestia directo y pasado de rosca que es este número que nos presenta a Seth Cowie, un ser creado por las corporaciones y gobiernos más importantes que están hartos de que el grupo se meta "donde no les llaman", a quien mandan a matar a todo el equipo y... bueno, más o menos eso es lo que hace.
Una de las señas de identidad de la etapa de Millar en The Authority es que el grupo se vuelve más irreverente contra las autoridades, más revolucionario, por lo que es lógico el paso que Millar toma con la historia Brave New World en la que los países que forman el G7 crean a Seth, le mandan neutralizar al grupo y lo sustituye por uno que hace lo que a ellos les viene bien. Además, a nivel de estilos y temas, Millar sigue con la línea de Ellis en cuanto a violencia y grandes argumentos, pero da un paso más allá incluso en la primera y en cuanto a temas sexuales (el asunto de Apollo y Midnighter, que hasta se casan y adoptan... ¡escándalo!), siempre forzando hasta el máximo lo polémico... hasta que se dio con un muro y decidió marcharse. Los temas de censura y demás, hicieron que hubiera diferentes problemas y discontinuidades con las historias, con baile de dibujantes y guionistas. Sinceramente, es por ello que no me he comprado el tomo segundo de Norma: compara con el primero, que tiene a Ellis y Hitch en estado de gracia y que faltan a ninguno de sus arcos, el siguiente tomo es más incoherente.
Pero, como estoy comentando sólo este número, será por algo, así que hablemos de él más concretamente. Este número es una maravilla a nivel narrativo y muy simple y directo a nivel argumental. Primero vemos a un grupo caminando hacia el transporte, que está estrellado sobre un desierto y después retrocedemos una semana para ver qué pasó. Y lo que pasó es que Seth entró en el transporte dentro de una repartidora de pizzas, neutraliza a Apollo, Midnighter, el Doctor, Swift, The Engineer y, finalmente, Jack Hawksmoor, sólo para descubrir que Midnighter aún sigue vivo y corriendo con la reencarnación de Jenny en sus brazos. Realmente el diseño de Seth, el bastardo de los seis mil millones de dólares, es genial y la sensación de que es ridículamente poderoso e invencible, está muy conseguida. De hecho, es que lo es, y así se ve en el resto del arco, ya que sólo se le puede vencer desactivando sus poderes con una frase especial. A alguno puede no parecerle especial el trabajo de Quitely en este número pero os recomiendo encarecidamente que lo comparéis con el trabajo de Adams (números 27 y 28) y Gary Erskine (número 29), que si bien es competente y, incluso, con buenos momentos, no puede compararse al sentido de espectáculo y genialidad narrativa del escocés: si todo el arco hubiera estado dibujado por él, sería otra cosa. Un ejemplo ya lo tenemos en el arco que dibuja el escocés completo, Nativity (13-16) y que nos presenta a una suerte de Vengadores algo degenerados.
En definitiva, simplemente es un número genial a pesar de que se hace extremadamente corto pero, personalmente, Seth es tan exagerado, que me encanta y el dibujo de Quitely es estupendo. Reivindico desde aquí la etapa de Millar, entretenimiento puro y desatado, lleno de brutalidad entretenida (Nativity, Earth Inferno y Brave New World), pero es una etapa que carece de coherencia gráfica y está llena de parches e interludios. Una pena.
Me has hecho recordar todo lo que molaba The Authority en aquella época y en la bacalaílla que se ha convertido ahora.
ResponderEliminarUna cosa, "genial" se queda corto para esto :P
No, desde luego, le puedes poner los peros que quieras, pero la etapa del primer volumen es una pasada en general.
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