jueves, 13 de enero de 2011

Irredeemable 20 y 21, de Mark Waid

Me encanta esta colección. Reconozco que tiene números en los que la cosa avanza más bien poco o nada, que son muy expositivos, pero me encanta (es altamente recomendable y satisfactorio leer la serie en tomos o con varios números en la recámara). Me encantan sus giros, sus personajes confundidos y desbordados y sus secretos... En los últimos números, la colección tomó un camino que no esperaba y que me pareció interesante. Es una variación más de un giro que ya se pudo ver (similar en concepto y demás: no es lo mismo) en Planetary o, de hecho, en una serie del propio Waid, Empire, sin entrar en más detalles, pero que no esperaba ver aquí y fue introducido de manera interesante usando a un personaje que encaja perfectamente y que representa la "frustración" de los personajes sin poderes manifestada. El caso es que el giro lleva a lo que son unos números muy lentos pero buenos en los cuales se intenta, en mi opinión, alagar la nueva situación e ir corrompiéndola hasta que estalle la previsible vuelta de uno de los personajes. Que es cosa mía desde el inicio de este arco, lo reconozco, aunque según veía avanzar el asunto, empecé a dudar... hasta el final del número 21, con el que pienso que la cosa está clara y va a ocurrir lo previsible (a un nivel muy general me refiero). Aún así, me encanta cómo se ha terminad explotando el asunto en los dos escenarios y cómo los "buenos" tienen también problemas morales y mentales serios y los "malos", en el fondo sólo buscan el perdón. Y es que ésa es otra de las cosas que me gusta de la serie, algo que sé que a mucha gente no le gusta porque considera que es el corromper la figura del héroe por el mero hecho de hacerlo: me encanta la ambigüedad moral de los héroes, las decisiones que tienen que tomar por lo que ellos creen correcto, cómo el poder puede cambiar... Es una de la constantes de la serie y me gusta cómo se aprovecha aquí, igualmente que el hecho de que una serie con una premisa que puede o no tener mucho recorrido lleve casi dos años jugando muy bien sus cartas. Al final, el único defecto, para mí, es el que he mencionado al principio: hay números en los que pasa poco o nada pero, encima, sabemos que están pasando cosas porque nos dan pistas y nos dejan ver momentos, sin embargo se centran en cosas que terminan llenando el cómic y no siempre aportan suficiente. Ejemplo: en un número casi todo lo que se centra en un escenario es un personaje hablando y hay más cosas pasando, varias.

El dibujo sigue siendo de Krause y sigue siendo clásico, sólido y bien narrado, aunque no tenga diseños especialmente llamativos o inspirados. Cumple, la verdad, más que de sobra, e incluso se permite algunas buenas viñetas y páginas. Es curioso pero sí se está notando su evolución a mejor aunque el mayor cambio es en el último número donde, si os soy sincero, pensaba que era otro dibujante. Ahora mismo no recuerdo si hay otro entintador o colorista, pero sinceramente hay momentos en los que me parecía otro y no sé si es deliberado. En cualquier caso, me sigue pareciendo bien: no es el mejor dibujante del mundo, pero definitivamente no es el peor.

En definitiva, quien siga con esta serie a estas alturas, seguirá interesado y, si la sigue mes a mes, un poco cabreado con algunos números en los que la cosa no avanza. Personalmente, ya lo dije, es una de mis colecciones preferidas de ahora mismo, pero entiendo que en tomos se disfrutará más. Los que habéis leído el primer tomo que ha salido en España y no compartís mi entusiasmo, os diría que le deis otro tomo más a ver qué pasa o que os bajéis los siguientes números para ver si os engancha y luego comprarla (algo que mejor hacéis en inglés porque la edición española, lo siento, es un robo). Una buena serie que se lee muy bien y que se disfruta aún más si tienes cómics a palas en la cabeza, aunque empiece, técnicamente de 0, y dos buenos números que en algunos puntos se demoran pero que siguen avanzando bien. Quiero más.

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